Ahora
que tenemos aquí las fiestas navideñas y todos necesitamos ideas sobre qué regalar,
puede ser un buen momento para hablar sobre los mil y un gadgets con
los que podemos contentar a un enófilo. Entre ese detalle de bajo
presupuesto para un amigo invisible al regalo más exclusivo hay un
gran abanico de posibilidades. Todos son accesorios, ninguno resulta
indispensable, pero pueden ser un gran acierto. Y son ese tipo de
objetos que una vez llegan a casa, uno se pregunta por qué ha pasado
tanto tiempo sin ellos.
Hoy
os hablamos sobre un par de nuestros gadgets para el vino que más
nos gustan:
Bomba
de vacío
El
viernes descorchamos un tinto para celebrar el fin de semana que
empieza: brindamos con un par de copas. El sábado cocinamos un arroz
caldoso al que le sienta de maravilla un Verdejo, del que tomamos
otras dos copas. El domingo no comemos en casa. El lunes es el primer
día de la semana y estamos cansados. Y así pasan los días, y dos
botellas de vino, de ese vino que compramos con tanta ilusión (y
tanto dinero), se nos van echando a perder sin que veamos el momento
de acabarlas.
¿Por
qué decimos que se echa a perder el vino? Bien, no es cierto que no
vayamos a poder disfrutarlo durante varios días, pero sí lo es que,
una vez descorchado, el vino toma contacto con el oxígeno y con el
tiempo sus características organolépticas van a ir degradándose.
El tiempo prudencial para tener una botella abierta en buenas
condiciones va a depender del propio vino: un tinto joven puede
sentirse fresco durante varios días, y un Jerez quizás podamos
conservarlo abierto unas semanas. En cualquier caso, si algo podemos hacer para alargar al máximo su vida es
conservarlo en óptimas condiciones, y eso incluye el lugar de guarda
(temperatura, humedad...) y, sobretodo, evitar que esté siempre en
contacto con el aire.
Mientras
el vino está embotellado reposando, los tapones de corcho (y hoy día
también otros materiales) con su sellado crean una barrera para que
el aire no penetre dentro lo más mínimo, pero una vez la botella
está abierta es imposible que colocando el mismo tapón consigamos
este aislamiento. Con una bomba de vacío, en cuestión de segundos
se puede extraer el aire que hay en una botella y sellar la entrada
con un tapón más adecuado. Es fácil de utilizar, además de un método limpio
y muy seguro , por lo que nos servirá para guardar la botella
horizontal sin miedo a que el tapón se vaya a salir. Pero lo mejor
es que resguardaremos el vino durante los días que no váyamos a
tomarlo.
Nosotros
tenemos el Vacuum Wine saber de Vacuvin, y ¡nos encanta lo bien que
funciona!
Oxigenador para servicio
Es
curioso: este segundo gadget hace más o menos lo contrario a la bomba de
vacío. Este artilugio tan raro que veis en la foto se usa con el fín
de oxigenar el vino justo en el momento previo a ser servido en la
copa, y con ello se consigue que emanen de él todo su abanico de
aromas con mayor rapidez.
El efecto que produce sobre el vino es el
mismo que queremos conseguir cuando movemos la copa en el momento de
catar. Es también lo mismo que se busca al decantar un vino. La
diferencia entre decantar u oxigenar en el momento del servicio la
marca el vino: si, por ejemplo, vamos a descorchar una botella que
lleva mucho tiempo guardada, o un vino con mucha crianza, podría ser
necesario hacerlo reposar en un decantador unos minutos u horas antes
de tomarlo, para que además de conseguir que afloren todos sus
aromas, también se desprenda de él la sensación de humedad que
puede esconder todo su potencial.
Existen
varios oxigenadores en el mercado con formas bastante diversas, y aunque es cierto que ninguno es particularmente “elegante”, si se
trata de disfrutar un vino en todo su esplendor podemos pasar ésto
por alto... Los hay muy cómodos que se encajan en el cuello de la
botella y quedan fijados. Otros, como el nuestro, son un poco más
difíciles de utilizar pero con un mecanismo más sofisticado que
incluso puede incorporar un filtro para retener los sedimentos. Éste
es de Vinturi, una marca especializada en este tipo de artilugios, y
se puede guardar con su funda sobre un soporte.
Wine&Gadgetsmanía...
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Fins al pròxim glop!